Chasqui, Revista Latinoamericana de Comunicación es una publicación pionera en el campo de la comunicación latinoamericana dedica el último número a Medios de comunicación alternativos y principios educativos para un nuevo mundo.
En el marco de esta reconocida trayectoria de servicio en el campo de la investigación, la formación y la producción comunicacional, Chasqui sigue siendo una de las más reconocidas en su campo en Latinoamérica, y revela a las claras el alcance del trabajo de la dirección científica y la coordinación editorial de la misma, y de la permanentemente renovada y actualizada producción intelectual de los miles de autores de sus artículos.
Luego de analizar el estado de la producción de Chasqui, su larga tradición, su diversidad temática, la amplia colaboración con distintos autores (muchos de ellos figuras emblemáticas para nuestro campo), desde el número 142 se decidió contar con un nuevo formato central que incluye: el «Monográfico» temático por cada revista y la sección abierta de «Diálogo de Saberes», con un total de 15 artículos por cada entrega. Esta propuesta busca fortalecer el aseguramiento de la calidad y pertinencia de la revista y acrecentar su impacto. La nueva sección: “Diálogo de Saberes”, con cinco textos, sintetiza los anteriores criterios de “Ensayos” e “Informe”, a la vez que abre la posibilidad para incluir otro tipo de miradas y enfatiza el carácter de su identidad como una red de conocimiento latinoamericano para consolidar procesos epistémicos comunicacionales.Chasqui se propone como un espacio para el desarrollo de un pensamiento construido desde América Latina y el Caribe para la vinculación de personas y de colectivos (…), la generación de “modos” de comunicación que pueden ser transformados y amplificados en expresiones comunitarias (…) y que se configuren “…espacios socio-culturales, (donde) lo local- territorial-simbólico entreteja diferentes acentos (informativo, investigativo, educativo) con la aceptación de las formas diversas de mirar el mundo y los acontecimientos, desde lugares de resistencia frente al hegemon globalizador y como dinámicas de autoafirmación.
De igual manera, esta propuesta enfatiza en la recuperación de lo latinoamericano como elemento constitutivo diferencial respecto a otras iniciativas, de tal modo que ese carácter territorial, cultural, diverso y geográfico de la expresión martiana de “Nuestra América” sea el constitutivo de “Chasqui. Revista Latinoamericana de Comunicación”.
Reseña del número 146
Desde los años sesenta del siglo anterior, el concepto de alternatividad (lo alterno) se abrió camino desde una opción de contrapoder a la forma como tradicionalmente los medios de comunicación masiva ejercían influencia social en lo que se denominó “el cuarto poder” o “el poder de la información”. Tal incorporación de «lo alterno» representó un desempeño informativo y periodístico marginado de los criterios dominantes y de las lógicas de los medios de comunicación masiva, apostando por nuevas maneras de representación y participación comunitaria de conformidad con prácticas comunicativas distintas, más horizontales y cercanas a la cotidianidad. Se aproximaron a sus destinatarios, quienes también obraban como sus autores, emisores y creadores; una especie de proliferación «democratizante» de la comunicación. A partir del contexto descrito y gradualmente, el concepto de alternatividad ha estado inscrito en dimensiones, enfoques, estructuraciones y hasta ideologías; divergentes y convergentes sobre la interpretación de la comunicación.
Hoy, en una sociedad sumamente mediatizada y tecnologizada, la presencia de los medios de comunicación es más que evidente, y son cambiantes las condiciones de su funcionalidad, operación, administración y lógica. Una sociedad que se ha visto absorbida por una pandemia mundial en la que profesionales de todo el mundo han tenido que adaptarse a las nuevas realidades laborales, académicas, tecnológicas, sanitarias o educativas. En paralelo, se hallan entornos transformados y en cuya dimensión la ciudadanía adquiere nuevos usos y hábitos de educación, de participación, de acción, de interacción, de crítica, de consumo y, por supuesto, de comunicación. Ahora, esas «otras» formas de comunicación son fuente principal del desempeño humano y, por tanto, modelan distintas conductas en la cotidianidad, en la transmisión y recepción de mensajes, en la interacción humana o en la alfabetización mediática. También contribuyen en la formación de nuevas audiencias, en la manera de asumir la percepción, la producción y el consumo («prosumers») y hasta en el diseño de contenidos («prodesigners») en una era digital y puramente comunicativa. Todo ello está implicando «otras» formas de concebir el mundo, retos transformadores sobre la interacción humana y estilos distintos de asumir la vida y la convivencia. Se está evidenciando la necesidad de reflexionar, educar y formar sobre el plano axiológico como un todo indiscutible en el que, desde todas las instituciones educativas, políticas o administrativas, se promuevan hábitos de convivencia sustentados en valores democráticos a través del diálogo o la participación ciudadana.
Desde un ejercicio reflexivo realista en cuanto a la complejidad de las sociedades, de los valores que en ellas se transmiten y de la pluralidad mediática, surge este monográfico en el que se plantean retos, modelos y perspectivas que apuestan por la comunicación y la educación como enlaces hacia la comprensión de las múltiples realidades, en una sociedad participativa y transformadora para un nuevo mundo.